¿QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA EL BIKESHARING?

Que la movilidad compartida está de moda no es nada nuevo. Actualmente, ver servicios como el motosharing o el bikesharing por los principales núcleos urbanos es cada vez más común y ya no es anecdótico.

A causa de los cambios demográficos y el crecimiento de la población mundial, las urbes evolucionan a un ritmo trepidante. Según un estudio elaborado por la consultora estratégica global McKinsey & Company, más del 25% de la población global vive en ciudades con más de un millón de habitantes.

Para 2030 se prevé que la cifra de megaciudades (áreas urbanas con más de 10 millones de habitantes) aumente hasta 43, 12 más que en la actualidad. Si se tiene en cuenta que la velocidad media de los vehículos es de 14,5 km/h, las opciones de micromovilidad (término empleado para describir medios de transporte utilizados para recorrer distancias cortas) se multiplican.

Además, dicho estudio estima que en el año 2030 el mercado de la micromovilidad tendrá un valor de hasta 50.000 millones de dólares en China, unos 150.000 millones de dólares en Europa y de casi 300.000 millones de dólares en Estados Unidos. Unas cifras más que importantes.

De acuerdo con el responsable de digitalización de SEAT, Fabian Simmer, “las ciudades quieren buscar soluciones en colaboración con las empresas. No basta con poner un montón de patinetes en la calle. Estamos haciendo un gran esfuerzo para colaborar con las administraciones locales”. Y es que crear soluciones de micromovilidad va más allá de fabricar un producto.

5 beneficios del bikesharing

Aparte del beneficio para la salud y el bolsillo, ser ciclista es un acto que repercute a todos los ciudadanos, ya que al pedalear se cambia el paisaje urbano y se contribuye a crear calles más incluyentes y urbes más humanas. Así, cada vez son más las ciudades que invierten recursos para hacer del ciclismo una forma de movilidad urbana.

Aunque existen diversas formas de normalizar el uso de las bicicletas como medio de transporte, una de las que más popularidad ha ganado en los últimos tiempos son las bicis compartidas.

En sus inicios, estos sistemas de bicicletas compartidas aparecieron con cierto escepticismo, aunque el apoyo de los usuarios y la concienciación social por el medio ambiente han hecho que hoy en día estén cada vez más integrados en las ciudades.

1. Medio de transporte económico

Uno de los objetivos de las bicicletas compartidas es convertir al ciclismo en un medio de transporte de uso diario, dirigido especialmente a los trayectos cortos con recorridos fáciles y eficientes.

2. Sistema conveniente y práctico

La facilidad de coger una bici en una estación es inigualable, sobre todo si se tiene en cuenta que no hay que preocuparse por su mantenimiento. Asimismo, estos sistemas de bicis compartidas suelen estar disponibles durante todo el día.

3. Combinación con otro medio de transporte

El bikesharing es una de las opciones englobadas en la multimodalidad, esto es, contar con varias opciones para decidir cómo moverse por la ciudad. Así, es posible utilizar una bici compartida para llegar hasta la parada del metro o el autobús para continuar nuestro recorrido.

4. Incentiva el uso de la bicicleta

Sin duda, un sistema de bicis compartidas es una excelente manera de introducir la bicicleta a más personas. En efecto, ayuda a reducir la percepción de que el ciclismo urbano es peligroso o solo apto para deportistas. El bike sharing puede ser una primera toma de contacto con la bicicleta como medio de transporte para que después sea un medio de transporte habitual.

5. Inversión en salud

Uno de los objetivos de los sistemas de bicis compartidas es promover el ejercicio físico y reducir la polución ambiental y los accidentes de tráfico, algo que sin duda contribuye a mejorar la salud de la ciudadanía.

Ventajas de las bicicletas compartidas

Las ventajas del alquiler de motocicletas compartidas son más que evidentes:

• Fáciles de aparcar: las bicicletas compartidas pueden estacionarse dentro del área de cobertura de las compañías que ofrezcan el servicio o bien disponen de estaciones con anclajes preparados para su aparcamiento.
• Acceso al centro de las ciudades: al generar cero emisiones, las bicis compartidas no cuentan con restricciones de desplazamiento.
• Mejor movilidad: usar bicicletas en ciudades contribuye a descongestionar el tráfico por su fluidez y rapidez. Asimismo, proporciona más libertad a la hora de moverse y aumenta la flexibilidad de desplazamientos interurbanos.
• Horarios personalizados: se puede personalizar el servicio bicicletas compartidas a nuestros propios horarios.
• Son silenciosas: las bicis compartidas no emiten ruidos, por lo que reducen la contaminación acústica.
• No contaminan: las bicicletas compartidas no queman combustibles ni generan dióxido de carbono (CO₂).

Lovesharing: bikesharing en Canarias

Obviamente, el éxito de los sistemas de bicicletas compartidas también depende del contexto local y para que funcionen es necesario que haya voluntad política, planificación y un monitoreo constantede las unidades y estaciones que atiendan a los usuarios.

El archipiélago canario no es ajeno a los problemas de tráfico y escasez de plazas de aparcamiento en las ciudades de las islas. De esta manera, Lovesharing, tras ser la empresa pionera de motosharing en Canarias, incrementa su oferta con su servicio de alquiler de bicicletas eléctricas.

Así, los usuarios pueden hacer uso del servicio a través de la app de Lovesharing con un proceso totalmente digital para desplazarse por las ciudades durante periodos de tiempo limitados disfrutando de todas sus ventajas.

Para cualquier duda o problema respecto al servicio se puede contactar con Lovesharing llamando al número de teléfono 902 006 017 o enviando un email a la dirección de correo electrónico info@lovesharing.com.

En definitiva, en las bicicletas compartidas son una opción práctica, fácil de usar y asequible económicamente como solución de transporte rápido, eficiente y 100% respetuoso con el entorno. ¡No te arrepentirás de utilizar el bikesharing!