DESCUBRE QUÉ ES LA ECONOMÍA COLABORATIVA
Hoy en día, el término economía colaborativa está plenamente integrado en nuestro vocabulario. A pesar de que normalmente se le asocia a compañías tecnológicas que han copado los titulares tanto por su increíble éxito como por las demandas judiciales recibidas. Aun así, ¿realmente qué es la economía colaborativa?
Ciertamente, no existe una respuesta clara a esta cuestión, algo que se debe en parte a que es un concepto muy reciente y la RAE no ha tenido tiempo aún de generar una definición de economía colaborativa de consenso. Es precisamente por la novedad del fenómeno, que en un corto periodo de tiempo ha pasado de ser una práctica secundaria a mover un volumen de negocio de millones de euros y englobar actividades muy diferentes.
Asimismo, las instituciones no han podido dar con una definición común de base donde estructurar sus derechos y deberes, puesto que tanto los organismos supranacionales como la UE como los estatales y regionales han ido avanzando por su cuenta.
El rol de las nuevas tecnologías
Lo que sí tenemos todos (más o menos) claro, es que este novedoso concepto empresarial se fundamenta en las nuevas tecnologías y en las redes de cooperación. En ellas es posible prestar, intercambiar, comprar, vender o alquilar servicios o productos basándose en las necesidades, la colaboración y la confianza entre personas.
Y es que últimamente con Internet se ha dado un empujón a los modelos de consumo alternativo. Sin duda, la relación entre aquel que ofrece un producto y aquel que tiene una necesidad concreta también está cambiando significativamente.
Para entender realmente qué es la economía colaborativa hay que tener en cuenta que los servicios son considerados bienes de intercambio. Es decir, que una persona puede ofrecer alojamiento a otra durante ciertos días e intercambiar dicho servicio por unas clases de idiomas.
Por supuesto, y como su propio nombre indica, es un modelo centrado en la colaboración y la ayuda mutua. Hoy en día, casi todos los sectores de la economía ya cuentan con negocios colaborativos, a pesar de que después de su irrupción todavía es pronto para afirmar si este sistema tendrá un alcance global o parcial. Un caso de negocios de economía colaborativa pueden ser el motosharing o el carsharing.
Tipos de economía colaborativa
Dentro del propio sistema de colaboración, también llamado “economía compartida”, hay diferentes tipos de relaciones que varían según las necesidades y productos ofrecidos, como los siguientes:
1. Conocimiento abierto
Comprende todas las modalidades que promueven la difusión del conocimiento sin restricciones legales ni administrativas, de manera que todo el que quiera tenga acceso a él. Se basa especialmente mediante plataformas digitales a las que el usuario acude para buscar información. Ejemplos de economía colaborativa de este tipo son Wikipedia (una enciclopedia libre editada de manera colaborativa) y Tutellus (una plataforma colaborativa de educación).
2. Consumo colaborativo
Actualmente, una enorme cantidad de personas se ponen en contacto para intercambiar productos o servicios de manera totalmente altruista. Un ejemplo de economía colaborativa de este tipo son los bancos de tiempo, donde se “pagan” favores con favores (por ejemplo, enseñar a tocar la guitarra y que esa otra persona te monte un mueble). Hay web especializada como Truequeweb, una página donde los usuarios hacen intercambios sin dinero.
3. Finanzas colaborativas
No se puede entender qué es la economía colaborativa sin este tipo de finanzas, donde se incluyen los microcréditos, los préstamos, los ahorros, las donaciones y diversas vías de financiación. Así, los usuarios contactan para satisfacer sus necesidades en estos aspectos. Probablemente, los más conocidos sean los microcréditos y el crowdfunding, que se han hecho bastante populares.
Por un lado, los microcréditos son préstamos de pequeñas cantidades para apoyar iniciativas emprendedoras que no tienen capacidad económica. Uno de los colectivos de concesión de microcréditos son, sobre todo, las mujeres con bajo poder adquisitivo, ya que normalmente son personas analfabetas incapaces de enfrentarse a la burocracia de los préstamos tradicionales. Sin duda, han ayudado a que cojan el impulso necesario para empezar actividades económicas, algo de lo que se benefician las familias y comunidades.
Por otra parte, el crowdfunding es la difusión de una iniciativa que requiere financiación. En este caso, las personas o entidades que simpaticen con esta iniciativa donan una cantidad desinteresadamente o a cambio de un regalo por el responsable del proyecto. Su éxito dependerá de la difusión y visibilidad que logre, por lo que actualmente hay plataformas de economía colaborativa dedicadas a ello como Verkami.
4. Producción colaborativa
Son redes de integración digital que difunden todo tipo de proyectos y servicios. La diferencia con los tipos de economía colaborativa anteriores es que lo que se ofrece también se produce dentro de estas redes.
5 beneficios de la economía colaborativa
Para entender qué es la economía colaborativa en su totalidad, hay que considerar sus enormes ventajas:
1. Ahorro
La mayoría de productos o servicios ofrecidos mediante este sistema tiene precios módicos o, incluso, simbólicos.
2. Desarrollo sostenible
La economía colaborativa promueve el segundo uso de los productos, por lo que si alguien no necesita alguna cosa siempre hay un destinatario en alguna parte.
3. Gestión de recursos
Otro de los principios básicos es que, si a alguien no le sirve algún producto, probablemente a otra persona sí. Por ello, la mejor manera es compartir.
4. Mayor oferta
Sin duda, los productos con un segundo uso y los servicios compartidos amplían la oferta de los mercados tradicionales, unos servicios que de otra manera no hubieran visto la luz.
5. Beneficio medioambiental
Obviamente, la reutilización y los servicios compartidos son una buena forma de ayudar al cuidado y la sostenibilidad del entorno.
En conclusión, la economía colaborativa supone un nuevo paradigma económico que conlleva grandes promesas y grandes retos. En el futuro cercano, habrá que preguntarse si nuestro modelo de consumo actual permite un desarrollo sostenible, colaborativo y socialmente enriquecedor, o si, por el contrario, es tan individualista como lo ha sido siempre, incluyendo las externalidades que se derivan de un uso más intensivo de los bienes y servicios. Pero eso es otra historia y esperamos que después de haber leído este artículo tengas una cierta idea de qué es la economía colaborativa.